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educación! Chicos de 7 años con una o varias computadoras con cámaras encendi-
das durante 8 a 9 hs. cada día; usuarios, contraseña, idiomas, conflictos de soft, y
padres con home office, compitiendo por ver quién se saca la mejor nota.
Los hijos de trabajadores escenciales apostarán a su propia sabiduría en la reso-
lución de sus problemas ya que, sus padres estan de guardia.
La higiene del hogar y las niñeras dejan de ser un trabajo escencial, así que al
llegar a casa hay que trabajar en la limpieza.
Nuestros padres aislados de nosotros, ya que somos su peor factor de riesgo.
Y volvemos a depender del estado, ese estado que nos brinda un honorario
muy por debajo del mínimo ético para nuestras 36 hs. semanales.
Hoy el galeno que no trabaja en una dependencia del Ministerio de Salud tiene
que vivir con el 20% de sus ingresos o realizar guardias para compensar.
Esas guardias donde se atienden casos sospechosos y donde un médico de más
de 50 años no puede concurrir porque: ¿qué médico no tiene factores de riesgo a
esa edad?
Los médicos para poder ejercer pagamos caja de médicos, colegio de médicos, se-
guro médico, hacemos nuestro aporte a nuestros gremios para poder trabajar en pri-
vado, pagamos alquiler por nuestro consultorio y honorarios a nuestras secretarias.
Espero que la moraleja de esta situación actual sea la de entender que sin salud
no se puede vivir, en la línea de actividades escenciales la salud debe estar en pri-
mer lugar. Sin salud no hay seguridad ni educación.
Esto va mas allá de los recursos físicos; no se puede disponer de un recurso
humano como el galeno en forma instantánea, los médicos somos peores que las
vacunas, lleva mas de 30 años fabricar uno.
No somos muchos, lo que sucede es que estamos mal pagos, el médico trabaja
tanto que no deja lugar para sus colegas, el médico no debería trabajar mas que el
resto de la población, el médico necesita estudiar permanentemente, capacitarse,
descansar, para beneficio de sus pacientes.
Nadie usaría para defenderse un arma gastada ni mal fabricada, entonces,
¿cómo pretendemos defendernos de las enfemedades con médicos agotados, so-
breexigidos y condenados?
Tenemos los soldados, son valientes, enfrentan en una batalla al peor enemigo sal-
vando vidas a costa de su propia muerte, pero estan cansados, mal alimentados, no
tienen una buena armadura y están poco entrenados, ¿qué batalla pensamos ganar?
Muchas Gracias por los aplausos, pero nosotros solo queremos trabajar bien, los
aplausos al Colón.
Para todos esos médicos que hoy la estan pasando mal, para todos los médicos
que fallecieron trabajando durante la pandemia y para todos los que van a seguir
falleciendo producto del estrés de su profesión y de su situación laboral, va dedi-
cada esta editorial, los amados dentro de las terapias, pero evitados en las calles.
6 S.O.G.B.A.